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  • Foto del escritorLa cocina de Bárbara

Emparedados de la madrina

Eran los mejores cumpleaños, en cuanto a menú, exceptuando que no había tarta de chocolate como la de casa. Por lo demás, aquellos sándwiches fritos de jamón, o de jamón y queso, no tenían competencia alguna.


En un ataque de nostalgia, me puse manos a la obra, teniendo en cuenta que tengo un recuerdo nítido del aspecto y del sabor, pero que siendo una delicatesen asociada a mi infancia, nunca me enteré de cómo los preparaba. Llegábamos todos a mesa puesta.


Mi versión de los emparedados tengo que decir que, sin ser lo mismo, recuerdan mucho a los que llevaban la marca de la madrina. No están mejor ni peor. Son en esencia iguales y en matices, diferentes. Sobre todo la diferencia la hace el pan, que me decidí por elegir uno de molde más rústico, más artesanal y con mezcla de harina de centeno. Así que la textura final cambia. En cuanto a cómo proceder para prepararlos, pensé que las tostadas francesas que descubrí en “Kramer contra Kramer” eran sin duda la base de la receta.


Ingredientes:


  • Pan de molde (utilicé uno de centeno, cortado en casa para elegir el grosor)

  • Jamón de York cortado muy fino

  • Queso en lonchas tipo Emmental

  • Leche

  • Huevo

  • Aceite de girasol para freír


Preparación:


No hace falta mucha explicación. Primero monto los sándwiches y los paso por la leche para humedecerlos, pero sin bañarlos en exceso, y de ahí directos al huevo. Después los voy pasando por la sartén con el aceite caliente y a fuego medio alto. Con una manipulación cuidadosa para que no se desmonten, hago un vuelta y vuelta y los voy dejando sobre papel de cocina para que suelten el exceso de aceite. Y ya estarían listos. Ideal comer templados, o incluso fríos.



Una vez hechos y con un resultado más que satisfactorio, pensé que tirar del hilo para dar con la receta original era fácil y merecía la pena. Le pedí a mi amiga de la infancia, María Eugenia, sin duda mi amiga más antigua (no ella, la relación), si ella sabía cómo los hacía la madrina. Así que le preguntó a su madre, que parece que conserva la tradición de esta receta, incluso como aperitivo los fines de semana, y enseguida me lo contaron. Por cierto, algún día tengo que apuntarme a esos aperitivos para volverlos a probar tal cual eran.


La receta original:


Me cuenta María Eugenia:

Preparación de mi madre, como la madrina: cortar el pan de molde y el jamón de York (también a veces son mixtos o sólo de queso, pero a mí los que más me gustan son los de jamón). El mini sándwich que resulta lo empapa en leche y lo deja escurrir un rato (como siempre, sin especificar el rato) sobre un paño (no en papel absorbente, porque se pega). Luego los fríe en aceite y, ahora sí, los deja que escurran el exceso de aceite en papel absorbente. Y listos.


Para mi sorpresa, los de la madrina simplemente están pasados por leche. Nada de huevo. Tengo que probar a hacerlos de nuevo, esta vez fiel al saber hacer de esta mujer entrañable que era Genita. La madrina, bueno, los padrinos, Gaspar y Genita, que no eran desde luego los padrinos oficiales de los tres grupos de hermanos que formábamos la pandilla, pero casi. Creo que nos dejamos adoptar voluntariamente y siempre les llamábamos padrino y madrina. Grandes personas, grandes amigos de mis padres. Una pena que ya no estén. Qué buenos recuerdos de "la sierra".


Gracias por tantas cosas.


¡Que aproveche!



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