Hacer la masa, un poco gruesa, entre la de pizza y la de un panini, y por encima, lo que quieras. Ésta, con cebolla, calabacín, pimiento rojo, bien aderezada con un poco de albahaca (si es fresca mejor que mejor), y un chorrito de aceite. Saludable cine por cien, y muy sabrosa.
La receta de la masa:
Esta no es mía. No soy especialista en masas de pan. Bueno, ni de pan, ni de pizza, ni de pasta. Prefiero buscar las recetas de los que saben (porque eso si, me gusta hacerlo todo muy casero si es posible), aunque es una locura dada la infinidad de información publicada en internet, de todo tipo de autorías, ánimos y procedencias. Difícil de filtrar, así que os dejo aquí esta que a mí me ha funcionado.
Ingredientes:
7 gr de levadura desecada
1 taza de agua templada
1 cucharadita de azúcar
2 cucharaditas de aceite de oliva
3-3 ½ tazas de harina de trigo común
1 cucharada de leche entera en polvo (yo no tenía y no puse)
½ cucharadita de sal
Preparación:
Pintar un molde, idealmente de 30×20, con aceite o mantequilla fundida.
Poner la levadura, agua y azúcar en un cuenco grande, remover hasta que la levadura esté disuelta. Tapar con plástico transparente y dejar en un sitio templado 10 minutos o hasta que la preparación esté espumosa; añadir el aceite.
Tamizar las tres tazas de harina, la leche en polvo y la sal sobre la preparación anterior, mezclar bien con una cuchara de madera. Añadir suficiente harina para conseguir una masa uniforme y volcar sobre una superficie enharinada.
Trabajar la masa durante 10 minutos o hasta que la superficie esté fina y elástica, pasamos la masa a un cuenco grande engrasado, pintamos la superficie con aceite, la dejamos reposar tapada con plástico transparente durante 1 hora o hasta que suba por completo.
Sacamos la masa del cuenco o cesto, la golpeamos contra la mesa y la amasamos durante 1 minuto mas. La extendemos haciendo forma de rectángulo (o la que queramos) y la pasamos al molde. Tapamos con plástico transparente y esperamos 20 minutos a que suba, con el mango de una cuchara vamos haciendo agujeros hondos a intervalos regulares por toda la masa. Volvemos a tapar y dejamos 30 minutos más.
Metemos al horno precalentado a 180º y dejamos 10 minutos. Luego la sacamos (estará blanca todavía) y añadimos los ingredientes de la coca. Volvemos con ella al horno y la dejamos unos 15 minutos más.
Puedes dejar las masas hechas, reposadas y congeladas en formato bola de pan sin hacer. Con un poco de previsión, la sacas del congelador el día antes, y cuando te pongas a ello, con un rodillo le das forma. Vale todo, rectangular, cuadrada, redonda...lo que más te apetezca, según el molde que tengas.
Los ingredientes:
Como decía, las posibilidades son infinitas. Eso sí, importante colocar los ingredientes de forma ordenada. Súper recomendable una primera capa con rodajas finas de tomate natural (si hay niños y no queremos riesgos, un poco de salsa de tomate frito para cubrirla primero, y le da un toque pizza infalible). Las verduras se pueden combinar con gambas, con atún o con ingredientes de tierra adentro, desde variados de setas (frescas o rehidratadas) hasta un jamón dulce rico.
Cuando esté todo, lo hayamos especiado (fundamental, desde albahaca a tomillo, con pimientas o sin ellas, y rociado con un aceite de oliva intenso por encima, lo metemos al horno. A partir de ahí, unos 15 minutos a 180ºC (a ojo, ir mirando el aspecto hasta que se vea claramente que está para comer).
Cómo sugerencia, un espolvoreado de parmesano o cualquier otro queso rallado con ese toque intenso y curado. Y listo!.
Con espárragos blancos, otra propuesta muy original. Ésta lleva espinacas, algo de atún (no demasiado porque el sabor es predominante), y gambas. Pues eso, más ideas. Es deliciosa. El proceso, el mismo.
A disfrutarlo!
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